19 septiembre, 2006

Luz semi apagada.


A veces sueño con ella,
mi diosa compañera
la que devolvió la vida
a mi alma.

Pienso en la belleza
que le ofrece a mis manos
y a mi mente.

Siempre aparece
en mi eterna oscuridad
cuando la mirada llora,
y el cuerpo se esconde.

No sé si me devuelve
aquello que llaman felicidad,
pero su magia, con fuerza,
evita el infierno.

Cada noche brilla con luz propia,
dejando huellas a su paso,
adentrándose en los sueños
parando el tiempo.

16 septiembre, 2006

Un día horrible.


No puedo romper las barreras
que forman la distancia.
Tampoco puedo caminar
sobre el cielo que compartimos.

No puedo dejar de sentir
el mundo que se aleja de mí;
le ofrezco compañía
y él me regala piedras.

No puedo cambiar mi vida,
ni el haber nacido así.
No sé quién quiere que sea,
ni si realmente lo anhela.

Por qué no puedo
controlar mis sentimientos,
el dolor del tiempo
ni el soplo del viento.

Daría lo que fuera por soñar
que no es más que una pesadilla,
un sueño horrible,
no me deja dormir.

Mientras el corazón y la razón
en duelo sigan,
no habrá paz ni tranquilidad
en esta vacía y sombría vida.